7.3.17

El saber sí ocupa lugar.

Como decía en el título, el saber sí ocupa lugar. Y uno de los de Viena es precioso.


Me refiero a la Biblioteca Nacional de Austria (en alemán Österreichische Nationalbibliothek) y a su maravillosa sala barroca conocida como Prunksaal. Pero además, en nuestra línea de aprovechar las actividades gratuitas que tiene esta ciudad, la visita guiada en español nos salió gratis. ¿Queréis saber por qué?

Pues resulta que el 21 de febrero de 1985, se fundó la Federación Mundial de Asociaciones de Guías Turísticos. ¿Y a que no sabéis dónde fue la sede? ¡Bingo! Viena fue la elegida. Cuatro años más tarde, en 1989, se decidió poner en marcha el "Día Mundial de los Guías Turísticos", día que tendrá lugar alrededor del 21 de febrero de cada año.

Desde entonces, este Día Mundial se celebra en Viena con diferentes acciones en las que los guías turísticos de Viena explican la historia de esta monumental ciudad con varias visitas guiadas gratuitas. Una forma de presentar su sólida formación y demostrar su profesionalidad con todo aquel dispuesto a madrugar un poquito en domingo. Y es lo que hicimos nosotros, porque a las 10.30h estábamos los cuatro en la puerta de la Biblioteca Nacional de Austria.







Resulta que nos equivocamos de puerta, pero como habíamos sido tan puntuales (la visita empezaba a las 11.00h, pero como no se podía reservar plaza, fuimos antes) nos dio tiempo a ir al punto de encuentro correcto: el vestíbulo de la Sala Principal.

Pero como os imagináis, no fuimos los únicos en aprovechar esta oportunidad. Porque a las 11.00h no sólo era la visita guiada gratuita en español, también era la de francés, la de inglés, la de chino... ¡Qué de gente!






La visita empezó fuera del edificio, donde nuestra guía nos explicó varias curiosidades sobre la biblioteca, los Habsburgo y Viena, simbologías de la fachada, datos de su construcción... Por ejemplo, fue el emperador Carlos VI quién encargó la construcción de esta joya barroca en el siglo XVIII, para utilizarla como biblioteca de la corte, y entre otras cosas, alberga la colección de 15.000 volúmenes del príncipe Eugenio de Savoya (del que ya os mostré su Palacio de Invierno en este post)





Yo intuía que esta biblioteca era bonita. Me lo habían dicho varios conocidos y algo había leído. Pero lo que no me esperaba era algo tan espectacular. No cabe duda de que estamos frente a una de las bibliotecas más bellas del mundo. No sólo es la biblioteca más grande del país y un moderno centro orientado al servicio al público, sino que también destaca porque alberga varios museos en su interior: el Museo del Papiro, el Museo del Globo y el Museo del Esperanto, con exposiciones permanentes y temporales que muestran al público los valiosos libros y objetos de los diez departamentos especializados de la biblioteca.






Pero sin ninguna duda, la visita imprescindible es la del Salón de Estado de la biblioteca. Y es que el palacio imperial Hofburg (residencia de los Habsburgo hasta 1918) alberga múltiples joyas del patrimonio cultural austríaco y entre ellos, está esta biblioteca, considerada la obra maestra de la arquitectura barroca en Austria. Y en las fotos veréis por qué.

Fue construida en 1722 por Johann Fischer Von Erlach, y posee dos millones y medio de libros, entre los cuales están objetos de incalculable valor, como La Biblia de Gutemberg, 8.000 incunables o 35.000 partituras.









El edificio mezcla el neoclásico francés y una brillante decoración interior presidida por el techo oval de la cúpula. Contiene estatuas de mármol dedicadas a varios Habsburgo y los frescos del techo, de temas militares, alegóricos y escenas cotidianas, fueron completados en 1730 por el pintor de la corte Daniel Grans. El impresionante fresco de la cúpula, de 30 metros de altura, presenta la apoteosis de Carlos VI (impulsor de la Biblioteca) en una alegoría sobre la construcción de la Biblioteca.











¿Y qué es lo mejor de esta biblioteca? Que cualquiera puede venir a consultar los volúmenes que aquí se guardan. Existen salas ocultas detrás de las estanterías con luz natural para poder encontrar un rincón tranquilo donde leer. Ya sé dónde venirme con la Vogue la próxima vez... ;)




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