¡Tú sí que vales!

Y llegó el gran día. Hoy (bueno, ya ayer) he actuado, con la Akademischer Orchesterverein in Wien (http://www.aov-wien.at/), en la sala dorada del Musikverein. Sí, donde se celebra el famosísimo Concierto de Año Nuevo que se retransmite en todo el mundo. La verdad es que si alguien me hubiera dicho hace unos años que llegaría a tocar en esta sala no le habría creído. 

La Großer Saal es especial, con una acústica espectacular (aunque en el escenario te parezca que tocas solo). Saber que estás pisando la misma madera donde han tocado tantos músicos extraordinarios podría haber supuesto un problema. Pero nada más lejos de la realidad: he disfrutado como nunca. El programa acompañaba: Die Erste Walpurgisnacht de Mendelssohn y la Sinfonía Fantástica de Berlioz. Dos obras relacionada con las brujas y los espíritus, acorde con la magia de la sala. La primera, con coro y solistas, toma un texto de Goethe sobre el intento de celebrar ritos paganos de druidas ante la oposición de los cristianos. La Sinfonía Fantástica de Berlioz es la primera sinfonía psicodélica de la historia (en palabras de Leonard Bernstein) y requiere un despliegue impresionante de recursos. Para que os hagais una idea, teníamos dos tubas, seis percusionistas, dos arpas, un tío tocando las campanas en el pasillo, un oboe tocando desde fuera de la sala... Vamos, que Berlioz cuando pedía algo...

El esfuerzo físico y mental (los ensayos son en alemán y yo, de momento, de alemán "nein de nein") ha merecido mucho la pena y creo que el resultado ha sido estupendo, pero la crítica dejaremos que la haga Babs. Al fin y al cabo, ella ha sido la que ha podido disfrutar de la acústica tan particular de la Großer Saal. Yo me lo he pasado en grande. Aquí van unas fotos del día.

 

A punto de entrar al Musikverein

 

Cartel del concierto

 La Großer Saal desde lejos (Babs estaba en la fila 4)

Posando en el descanso. Foto de recuerdo ;)

 Recibiendo los aplausos del público. Por ahí ando por el fondo.