23.1.14

El frío retorno a Viena

Es cierto que tengo este blog algo olvidado, pero es que personalmente se me hacía cuesta arriba volver a él. Por todo lo que ello implica: que volvemos a estar en Viena después de unas semanas geniales con los nuestros.

Y es que llegaron las Navidades y con ellas, como si de tres Reyes Magos se tratara, seguimos nuestra estrella Airlines que nos llevó unos días a Pamplona y otros días a Barcelona. Lugares donde la ilusión residía en las reuniones familiares, en cada encuentro con amigos, en cada nuevo descubrimiento de la peke...






Días llenos de "¡¡ohhhhs!!" y "¡¡uaaaalas!!", de luces de colores, de comilonas y empachos, de cantarle y atizarle al Caga Tió, de saludar a los Reyes Magos, de repartir besos a diestro y siniestro, de alucinar con los regalos... En definitiva, días de felicidad rodeados y mimados por los nuestros.





Pero todo lo bueno se acaba. La chocolatada y el roscón de Reyes dieron paso a las maletas, las risas a las despedidas, las llamadas para quedar a las promesas de "iremos a veros pronto". Y ya habían pasado las vacaciones de Navidad, casi sin darnos cuenta. El tiempo tiene una forma curiosa de comportarse: cuanto más rápido quieres que pase, más tarda; y viceversa. Cuanto mayor es tu deseo de congelarlo, vuela y se escurre entre los dedos...

Pero esta aventura debía seguir y nosotros debíamos volver a Viena. Cargados de buenos propósitos, buenos deseos y las maletas repletas de juguetes (los tíos de los Rayos X del aeropuerto debieron de flipar...) aterrizamos en la capital austríaca.

Y es que los regresos nunca son fáciles. A la mañana siguiente de aterrizar, el panorama era aún más triste: había que deshacer todas las maletas, la peke amaneció con fiebre y hubo cambio de planes. Yo no pude volver a mi "vida normal" con el curso de alemán ya que Ariadna no podía ir al Kindergarten. ¿Lo peor? Que lo que empezó como un resfriado y unas décimas de fiebre el miércoles 8 de enero acabó el viernes por la noche en Urgencias.



Después de la espera y el posterior reconocimiento, estaba claro: el resfriado se había convertido en una infección de oídos y garganta. Ahora sí nos podían dar antibiótico y en un par de días, la fiebre desaparecería y ella se encontraría mejor. Eso sí: el tratamiento son 10 días de antibiótico. Bueno, genial, si eso le va a curar...

10 días... 10 días sin poderla llevar a la guardería... ¡¡MI CURSO DE ALEMÁN!! Scheiße!! Ya tenía alguna falta de asistencia, pero esto acumulaba más de lo permitido. Y ya se sabe que los germánicos (que los austríacos pa estas cosas son muy parecidos) son bastante cuadriculados...

En efecto, queridos, he suspendido. 

Y no por cometer fallos gramaticales, o inventarme las palabras en el oral, o intentar copiar a la rusa en las conjugaciones de los verbos... No. He suspendido por ser responsable e irresponsable a la vez, según el prisma con que se mire. Soy una madre responsable, pero una estudiante irresponsable; cada 8 horas hay que darle el antibiótico y ahí estoy como un clavo, pero eso no me permite presentarme puntualmente al examen final del curso...

Así pues, digamos que ha sido una "vuelta a casa" de lo más "fría". ¡¡Y lo que queda!! Porque para este fin de semana las temperaturas máximas se quedan bajo cero.



¡Ya nos podemos abrigar! Winter is coming...

PD - Dice Íñigo que es un post deprimente... Puede que lo sea, pero es que a veces no es oro todo lo que reluce. Hay experiencias mejores, pero también las hay peores. Esta lo ha sido para mí. Y me gusta compartir también estos pequeños momentos nostálgicos con aquellos que nos seguís... Forma parte de la aventura, ¿no?

4 comentarios:

  1. Muchísimo ánimo, guapísima

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  2. Pues vaya vuelta mas cutre., Seguro que en unos días ya volveréis a la rutina nueva y a disfrutar de lo positivo. Animo

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  3. Si no existiera la noche no disfrutaríamos del día. No me creo a la gente eternamente feliz y contenta porque eso los aleja de la realiddad. La vida es esto, altibajos. Acabo de leer un post que he puesto en mi página de FB que me gustaría que leyeras, porque lo de la otitis es muy recurrente en Ariadna y no es el primer caso que conozco. Todo pasa y todo llega... eso quiere decir que estamos en constante evolución. Bienvenida sea la vida con sus vaivenes que nos enseñan cada día algo más. Un beso desde el corazón!

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  4. Lástima reventéis por no avisar y no vernos.

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