18.9.15

El Danubio ¿azul?

El tiempo vuela y no tengo tiempo de publicar todo lo que tengo en el tintero. Aún me falta por colgar fotos de la última visita que tuvimos. ¡Necesito más horas! O más manos... Y es que antes de que pase más tiempo y llegue el frío (que poquito a poco ya asoma las narices por aquí) me gustaría hablaros de una de las cosas más importantes para esta ciudad: el Danubio.

El Danubio, mi amigo Jordi y la Uno City al fondo.

¿Qué sería de Viena sin su famoso río? ¿Qué sería de la historia de la música sin el mítico Danubio Azul? ¿Qué sería de sus gentes en verano, cuando se llega a los 40 grados y no existe el aire acondicionado? Por todo eso y mucho más, este post se lo dedico al Danubio a golpe de vals.

Para el que no lo sepa, el Danubio (Donau en alemán) es el río más largo de la Unión Europea, y el segundo más largo del continente europeo, tras el Volga. La cuenca del Danubio tiene una superficie de unos 725.985 km² (dato absurdo pero que impresiona) y abarca numerosos países de la Europa Central y Oriental. El Danubio cruza Europa de oeste a este y su curso incluye partes de Alemania, Austria, Eslovaquia, Hungría, Croacia, Serbia, Rumania, Bulgaria, Moldavia y Ucrania. La cuenca del Danubio se extiende, además, por la República Checa, Suiza, Italia, Eslovenia, Bosnia y Herzegovina y Montenegro. Así que corto, no es.




¿Y por qué es tan importante este río? Desde el siglo XVI, el río ha sido "domesticado" para evitar crecidas e inundaciones, ya que al principio, la ciudad estaba situada a un lado del río. A finales del siglo XIX, se decidió dragar los humedales del otro lado y así, la ciudad empezó a crecer por la otra orilla, creándose los barrios de Donaustadt y el de Floridsdorf. Sin embargo, la última y más espectacular modificación se produjo en la segunda mitad del siglo XX, con la construcción del Nuevo Danubio (Neue Donau), un lago-canal artificial de 21 km de longitud. El terreno removido para la excavación del canal se depositó entre el nuevo lago y el viejo río, y así nacieron los 21 kilómetros de la Isla del Danubio.

A día de hoy, el río está dividido simbólicamente en 4 partes: el Donau Kanal (que es el canal que pasa por el centro de la ciudad), el Donau (que es la corriente principal del río), el Neue Donau (la parte construida en los años 70, donde está la Donauinsel) y el Alte Donau (la parte del río que nunca ha sido regulada por el hombre).

Durante los días de verano, hasta 190.000 personas han llegado a ocupar cada día la Donauinsel, una zona de recreo inmensa al lado del río. Tan gigantesca que, de hecho, es una de las zonas de ocio más grandes del continente. Las cifras hablan por sí solas: 70 hectáreas de césped, 180 hectáreas de bosque y 1.8 millones de árboles y arbustos, 42 kilómetros de playa de arena, grava o césped, pistas de patinaje y atletismo, puestos de alquiler de barcas, bicis y tablas de surf, zonas nudistas, bares, cafeterías y restaurantes... Pero, y si quedas con alguien, ¿cómo lo encuentras? Pues desde 2010 existe un centro de información multifuncional con 27 paneles informativos y conexión Wi-Fi gratuita para orientarse por las doce áreas en las que se divide esta isla.  

Pero sobre todo, esta zona se conoce por el Donauinselfest que se celebra cada junio. Tres días de festival con grupos de música internacionales y unos 3 millones de asistentes lo convierten en una de las fiestas al aire libre más grandes de Europa.

Pero todo este rollo que os he soltado me ha servido de introducción a lo que realmente os quería contar yo. Cuando vino mi amigo Jordi de visita, hace ya un mes y pico, el calor era tan sofocante que uno de los planes que más apetecían era ir a la piscina.

¿Piscina? ¡Vámonos al Danubio! Y allá que nos fuimos: al Alte Donau.





El Alte Donau es una zona rodeada de jardines y césped, llena de restaurantes con terrazas con vistas al río, largos paseos con carriles para bicicletas y corredores. La verdad es que en esta zona se encuentran muchas actividades y varias playas, donde se reúnen nadadores, surferos, remeros y personas con sus barcos de vela. Y aquí es donde vinimos a pasar una tarde, a la playa fluvial conocida como Gänsehäufel.








¿Y qué tiene de particular Gänsehäufel? Pues que se paga. Sí, se paga para ir a la playa. Pero no son sólo dos kilómetros de playa limpia limpísima, sino que también hay una piscina de olas, otra piscina deportiva, un parque infantil, varias cafeterías y zonas de picnic... ¡Y hasta zona nudista!

Y a pesar de venir de una ciudad con mar y playa como Barcelona, tengo que reconocer que prefiero pagar y disponer de unas instalaciones impolutas como estas que estar oyendo lo de "¡cerveeeezaaaaa, Cocacooooola..." cada 5 min. Pero, por supuesto, merece la pena pagar para disfrutar de unas horas de tregua al calor sofocante de Viena.



Un barco hundido en la arena para que los pekes se diviertan jugando a piratas.







Por cierto, no me olvido de contestar a la pregunta del título. Las aguas del Danubio no son azules, son transparentes...


1 comentario:

  1. Ohhh que bonito!!! Xenia qué suerte tienes, yo también quiero!!!! A ver si el año que viene!!!

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