El concierto empezó puntualmente a las 19.30h y el programa escogido no dejó indiferente a nadie.
Primera parte
W. A. Mozart. Sinfonía Haffner
J. B. Vanhal. Concierto para contrabajo
(Solista: Ödön Racz, contrabajo solista de la Orquesta Filarmónica de Viena)
Segunda parte
R. Schumann. 3. Sinfonía (Renana)
Un formidable grupo de músicos amateurs con muchos años de experiencia a sus espaldas sentaba las bases de una gran actuación que, en ocasiones, brilló con la maestría de una gran orquesta. Las ganas del público (en su mayoría familiares y amigos) y la increíble actuación del contrabajo solista lograron elevar la actuación a un resultado más que bueno, ya que no debemos perder de vista que se trataba de un concierto “por amor al arte”.
Iñigo Tirapu fue el detonante de un rotundo éxito inicial, ante la multitud de fans del artista venidos de varias partes del mundo que se dieron cita en el MuTh para ver el último trabajo de su estrella. Casualmente, coincidiendo con la visita de su espectacular esposa que finalmente pudo acudir al evento, el violinista ganó en calidad interpretativa.
Iñigo Tirapu, que recalará próximamente en España después de algún tiempo de ausencia, aseguró que «si no hubiese actuado en este concierto, me sentiría frustrado como artista, me faltaría un trozo, no estaría completo». Y eso que cuando la oferta le cayó en sus manos, le vinieron a la cabeza toda suerte de dudas. «”Con lo ocupado que estoy con los proyectos del trabajo y los saraos típicos de ser padre de dos criaturas aún pequeñas, para qué me voy a meter en este jaleo”, pensé primero. Pero como me va la marcha...», admitió el violinista con su espontaneidad habitual. El director de la orquesta corroboró estas palabras: «Es navarro, y como tal, sólo tuve que decirle “¿a que no hay huevos?”. Y claro, tuvo que unirse a nosotros».
LO MEJOR:
-El violinista, Iñigo Tirapu.
-La modernidad de la sala de conciertos MuTh.
-La interpretación de Ödon Racz, el contrabajo solista. Soberbia, sorprendente, magnífica.
LO PEOR:
-La poca afluencia de público.
-Algún que otro viento desafinado.
-La puesta en escena del contrabajo solista. Escucharlo fue un placer; verlo, una pesadilla.
CALIFICACIÓN FINAL: 4/5
La sala de conciertos MuTh (contracción entre Musik y Theater) tiene capacidad para 400 personas y nació de la necesidad de promover el talento joven. Diseñado arquitectónicamente por Johannes Kraus y Michael Lawugger, la nueva casa de la música y el teatro es una mezcla de edificios barrocos y arquitectura moderna. El corazón de la nueva sala de conciertos, de madera cálida y uniforme, contrasta con el aspecto exterior del nuevo edificio, diseñado en vidrio y metal. La programación se mueve entre la tradición y la experimentación, los grandes artistas y los amateurs. Por ejemplo, es una de las sedes fijas de los Niños Cantores de Viena, pero también se programan obras teatrales y musicales, conciertos de música clásica o jazz.
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