27.9.16

Palazzo Bambini

¡Ay! Cuantos estragos ha causado el verano, entre los que se encuentra haber perdido el ritmo de publicar en el blog ;p


Por ejemplo, hace dos fines de semana nos fuimos a visitar una especie de mini-feria de ropa de niños y juguetes, todo muy "cuqui", llamado Palazzo Bambini, la excusa perfecta para visitar lo que realmente valía la pena: el Palais Coburg.

Parece ser que hay muchas marcas austriacas de ropa para niños, complementos, accesorios o juguetes que todavía no son muy conocidas. Sus tiendas son pequeñitas y están algo escondidas, por lo que pasan bastante desapercibidas entre tanto Zara, H&M y compañía. Suelen ser productos más caros porque no son franquicias, sino que ellas se lo guisan y ellas se lo comen. Y deciden reunirse dos veces al año (inicio del verano e inicio del invierno) para montar expositores y darse a conocer.





Es la segunda vez que lo organizan porque parece ser que el año pasado fue todo un éxito. En esta nueva edición había unos 20 expositores, todos dedicados a los más pequeños de la casa. Pero además, como la mitad de los visitantes iban a ser niños, habían previsto varias actividades para ellos. Una zona de juegos donde pintar o construir casas con piezas gigantes, actuaciones y malabares, incluso una sesión fotográfica profesional donde te daban un par de fotos impresas estupendas.









Alguna de las fotos que les hizo a las pekes en la sesión.


Aunque como comentaba antes, lo que realmente nos decidió a ir fue la ubicación, en pleno centro de Viena: el Palais Coburg, un lugar precioso y que bien merece una visita. Y como casi todos los edificios de esta ciudad, con su pequeña historia detrás

En 1802, un aristócrata húngaro, adquirió un bastión, y fue su yerno, el prícipe Ferdinand von Sachsen-Coburg, el que decidió convertirlo en palacio. A pesar de que fue diseñado por dos de los arquitectos vieneses más reputados de la época, el palacio se hizo famoso por sus columnas, que pasó a ser conocido como el Spargelburg (o Castillo de los Espárragos).






El palació alcanzó tal grado de popularidad que en 1851 se estrenaron dos obras de Johann Strauss en su interior. Pero los bombardeos de 1945 dañaron el edificio que, además, fue ocupado por las tropas rusas durante el periodo comprendido entre 1945 y 1955.  

Hoy en día funciona como hotel de lujo, así como lugar de congresos o eventos de muy variada importancia. Por ejemplo, aquí se llevaron a cabo las negociaciones de la ONU sobre el programa nuclear de Irán o, hace dos semanas, el Palazzo Bambini ;)





Como imaginaréis, todo esto a los pekes les dio bastante igual. Sólo mostraron algo de interés cuando dijimos la palabra "restaurante" o "helado". Así que después de la visita, la sesión de fotos y los regalitos varios que les dieron, pusimos rumbo a comer todos juntos. 

Sólo diré que llamamos para reservar porque íbamos 6 adultos, 5 niños (de entre 2 y 7 años), un bebé y un carrito y cuando llegamos, no hizo falta ni dar el nombre. Nos colocaron en un salón al foooooondo de todo, que si hubiera sido por ellos, hasta lo hubieran insonorizado. 





Y como ya os he avanzado antes, la tarde acabó con un rico helado. Bueno, acabó con más manchas que helado, pero fue un domingo diferente en el que aún pudimos aprovechar el buen tiempo. Habrá que volver al Palazzo Bambini 3a Edición ;) ¿Quién se apunta a la próxima?





 

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