1.10.16

Quakalulubaby

Hace ya un año y pico, os hablé en este post de un teatro de marionetas llamado Lilarum. La verdad es que guardamos buen recuerdo de la experiencia, del lugar y de las marionetas en sí.


Así que cuando se propuso volver, fuimos los primeros en apuntarnos. Aquella primera vez, la historia trataba sobre un caballero y su viaje. ¿Qué sería esta vez?

Las pekes estaban encantadas. ¡Teatro de marionetas! Pero la verdad es que no teníamos ni idea de lo que íbamos a ver. Y la historia que nos explicaron fue la siguiente. Érase una vez...
 










 
Hace mucho, mucho tiempo, en el Danubio vivían sirenas, a las que les gustaba divertirse. Un día, Dini y sus amigas se fueron a una fiesta donde las ranas Quakadu y Sumpftröten daban un concierto. Mientras el grupo tocaba su gran éxito "Quakalulubaby", Hans (el pescador) y su padre aparecieron justo por esa parte del río a la que nunca habían ido antes. Todos lograron esconderse excepto Dini, que se enamoró inmediatamente del joven.




A pesar de que estaba prohibido el contacto entre sirenas y humanos, Dini quiso advertir al joven Hans de que una enorme inundación iba a tener lugar en el río, cerca de su casa. A partir de ese momento, Hans también se enamoró de Dini y sólo podía pensar en la sirena. Logró escapar de la inundación, pero cuando la marea bajó, Hans se puso a buscar inmediatamente a su salvadora. La encontró y, como cuenta la leyenda, Dini se lo llevó al Palacio del Fondo del Mar, de donde nunca más volvió a la superficie.



La verdad es que fue una historia un poco lenta para los peques, y cuando más se divirtieron fueron con las ranas, los peces trompeta y cuando al acabar pudieron abrazar a las marionetas. Porque si algo bueno tiene este teatro es que, al acabar la función, los actores con sus personajes salen al patio de butacas y dejan que los niños (y no tan niños) los toquen. Y claro, eso es un plus al propio espectáculo.










¡Cómo me gusta que en esta ciudad haya un abanico de actividades tan amplio para los más pekes! Música, teatro, museos, parques, actividades al aire libre... En realidad, aquí lo que nos faltan días, no planes.

¡Hasta la próxima! 

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