De cómo combatir el calor en Viena y una visita muy esperada

Una semana sin escribir y se me acumula el trabajo. Esto de tener diariamente las neuronas a más de 35ºC derrite las ganas de escribir de cualquiera...

A modo de resumen, ¿qué ha pasado esta última semana? CALOR. CALOR INFERNAL. Pero también una visita muy muy esperada: mis padres. (¡¡¡Bieeeeeeennnnnnn!!!) ¡Pobres! Lo que ellos no sabían es que venían al infierno, así que hemos tenido que buscar alternativas para luchar contra el calor los días de mayor ebullición (porque no tiene otro nombre...)


OPCIÓN 1 - TO THE MALL
Al más puro estilo americano, nos fuimos a pasar el día al centro comercial. Fue el primer sitio que se me ocurrió donde pudiera haber aire acondicionado y con una previsión de 37ºC (sensación térmica de 40ºC) no quería jugármela. Al menos busqué el mayor centro comercial de Viena, llamado DonauZentrum, y allí pudimos solventar la situación con dignidad. Eso sí, la que más disfrutó fue la peke correteando por allí, saludando a otros niños (no os vayáis a creer que la idea de pasar el día con aire acondicionado en un centro comercial sólo se nos ocurrió a nosotros... ¡Estaba lleno de familias al acecho de los sofás!) y comiendo en un restaurante...

OPCIÓN 2 - LA MÁS CULTURAL
Todo el mundo sabe que en los museos hay aire acondicionado, y lo más importante, que abren los domingos... Pero en Viena el problema es: ¿cuál elegimos? Al final nos dirigimos los cinco hacia el Museums Quartier, el barrio de los museos, donde se encuentran dos de los museos más famosos de la ciudad: el Museo de Historia Natural y el de Historia del Arte, conocidos también como los museos gemelos. Ambos fueron construídos siguiendo exactamente los mismos planos por los arquitectos Gottfried Semper y Karl von Hasenauer y, por tanto, ambos museos son exactamente iguales, tanto por fuera como por dentro.


Nuestra elección finalmente fue el de Historia del Arte, conocido como Kunsthistorisches Museum. El edificio se compone de tres plantas (¡toma post educativo!):

Planta baja, dedicada a la antigua Grecia, Roma y Egipto.

Primera planta, lo importante, las pinturas. Hay obras comprendidas desde el siglo XV hasta el XIX, y entre otras, hay obras de Velázquez, Rubens, Rembrandt, Rafael o Tintoretto.
Segunda planta, y creo que la menos visitada porque se encuentra el Gabinete Numismático.

Pero ¿a qué no os imagináis qué? ¡El aire acondicionado casi ni se notaba! Llegamos a pasar incluso calor, a pesar de que la temperatura supuestamente estaba controlada en todo momento (por eso de que no se deshagan las pinturas...). Así que podría decirse que fue un acierto a medias...

Os dejo algunas fotos del día y ¡hasta la próxima!