10.10.13

Y tú, ¿de quién eres?


A veces, hay pequeños detalles que te alegran un poquito el día y que, en otro momento de tu vida, quizás no valoras. El otro día, paseando por el Billa, el supermercado en el que solemos comprar aquí en Viena, me topé con un producto inesperado que reconozco me hizo mucha ilusión encontrar: el Nesquik.

Y del que, por supuesto, me llevé uno a casa.

Sí, amigos, ese compañero de la infancia que chocolateaba la leche y que ahí estaba en cada desayuno, ya fuera con leche fría en verano o leche calentita las noches de invierno. ¡Qué recuerdos!


En mi caso, a la hora del desayuno, no sé si era muy quisquillosa de pequeña con algunas cosas pero sigo haciendo lo mismo: le quito la capa de nata que se hace en la leche muy caliente, los cereales muy blandos me dan bastante asquete y por supuesto, los grumos del Cola Cao no puedo ni verlos. Así que, claramente, siempre he sido de Nesquik.

Aunque en las reuniones con amigos siempre surge la misma pregunta: ¿Y tú de quién eres? ¿De Nesquik o de Cola Cao?

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