Un año da para mucho. Un miembro nuevo en la familia, dos mudanzas, algunas palabras en alemán memorizadas, un montón de tarjetas útiles, millones de papeleos, nuevas amistades, muchas millas de Austrian Airlines ganadas... Y a día de hoy puedo decir que me siento muy orgullosa de estar donde estoy.
Estoy viviendo una aventura a la que poca gente se atrevería a embarcarse, estoy descubriendo una capital europea que poco tiene que ver con lo que me imaginaba, estoy criando a dos niñas maravillosas en un ambiente plurilingüe y multicultural, estoy disfrutando de la música que se respira en cada esquina de la ciudad, estoy escribiendo un blog en el que nadie comenta pero me consta que la gente lee... (¡Venga, hombre! Animaros a comentar que hace ilusión :D)
Claro que se echa de menos a la familia y a los amigos, a cierta comida, a la ciudad y el clima (y eso que parece ser que este invierno ha sido bastante indulgente...), que hay momentos de "bajón", pero haciendo un poco de balance, creo que ha sido una decisión positiva, valiente y que tiene más pros que contras.
Así pues, desde aquí, aprovecho este post para lanzar varios mensajes:
- felicitar a todos aquellos que también están viviendo fuera, por su valentía, decisión y porque me encanta escuchar anécdotas de otras partes del mundo cada vez que nos reunimos.
- animar a todos aquellos que estéis indecisos a dar el paso, porque una aventura como ésta enriquece cuerpo y alma; aprendes, conoces y compartes cosas nuevas con gentes nueva; te descubres a ti mismo y cada vez que vuelves a tu ciudad, disfrutas de cada segundo y valoras lo que realmente importa.
- ahorrad un poquito cada mes para que podáis venir a vernos. No sólo porque nos hace ilusión a nosotros, si no que parece una tontería pero tener casa en Viena (y bien situada jeje) es una gozada si queréis hacer turismo y conocer una ciudad preciosa. Ahí lo dejo.
¿Habéis visto las diferencias entre estas dos fotos? La primera, justo hace un año, en el aeropuerto de Barcelona a punto de facturar no sé cuantas maletas y trastos, con los cuatro abuelos y una Ariadna que apenas gateaba y no decía una palabra... Ahora no para quieta y no sólo habla castellano por los codos, ¡también alemán! Y entiende el inglés y el catalán, cuida de su hermanita pequeña, va al Kindergarten feliz de la vida a jugar con sus amiguitos... Después está Irene, la recién llegada (bueno, eso de "recién" ya va quedando obsoleto que ya tiene 4 meses). Una vienesa de pro, con su pasaporte en regla para poder ver mundo con apenas medio año de vida, con una hermana mayor con la que poder aliarse contra unos papás que hablan un alemán raro (porque el alemán es muyyyyy chungo, que lo sepáis). Y nosotros felices de ver cómo crecen bilingües ahorrándonos las academias de idiomas a las que irían en España ;)
Y bueno, por el momento, nada más.
¡Un besote a todos!
Y ahorrad ;p
Síííí!!! Lo suscribo todo. Salir a ver mundo es toda una aventura que enriquece cuerpo y alma!!! Vamos, que yo en este rinconcillo franco-suizo me veo no solo más ligera, sino hasta más espabilada.
ResponderEliminarMe alegro un montón de todo lo que contais y sobre todo porque en cada foto os veo la mejor de las sonrisas.
Y sigue escribiendo, es muuuuy divertido seguir vuestras historietas y me hace sentir más cerca de vosotros.
Un abrazazo
Cris
No puede ser!! He escrito un escrito largo y no ha salido!!!
ResponderEliminarAy por Dios intentaré reproducirlo otra vez!!! Decía que te seguía con muchas ganas, deleite y fruición. Cada X tiempo vengo a ver si has añadido algo para disfrutar de tus historias. Y no sabes lo que estoy deseando poder ir a veros!!! Solo tengo que esperar a que el abuelo esté mejor. NO lo puedo dejar solo.
ResponderEliminarTe doy la razón cuando dices lo de vivir otra cultra, te da una perspectiva distinta del mundo. Es cierto que el nacionalismo se cura viajando, porque se ve la necesidad de sumar en lugar de restar, de unirse en lugar de disgregarse. Somos una gran ciudad y me parece inútil levantar fronteras, cuando hay que derribarlas. Me encanta cuando escribes, me hace mucha ilusión porque además escribes muy bien. Y sobre todo me aportas una dosis importante de felicidad al veros tan felices. Qué gran ventaja la de Ire y Ari con los idiomas. ¡qué envidia!!! No os quepa duda que en cuanto podamos iremos para allá. En cuanto el abuelo esté mejor iremos para allá, eso sí, con frío no, ¡no lo soporto!! Prefiero el calor!! Y anos diréis hasta cuando se puede y sino para el año que viene enprimavera!!