25.2.15

Ice, ice, baby...

Somos muy fans del Rathaus (o Ayuntamiento) de Viena. No sólo porque es un edificio precioso de estilo neogótico que mide unos 100 metros de altura, sino porque en la plaza que hay justo delante (la Rathausplatz) se suelen celebrar muchos eventos. Por ejemplo, en Navidad ponen un mercadillo navideño con los típicos puestos de madera; el 1 de mayo se construye un escenario enorme que sirve de punto final para las manifestaciones del día del trabajador; en verano, instalan una pantalla gigante donde proyectan películas y óperas al aire libre junto con un festival gastronómico de comidas del mundo...


Y ahora, en pleno invierno, la plaza se convierte en una pista de patinaje sobre hielo. Y eso había que ir a probarlo ;)

De todos es sabido que los austríacos nacen con unos esquís y unos patines sobre hielo puestos. Para ellos es casi como caminar. Así pues, las pistas de patinaje sobre hielo son uno de los clásicos de la capital de Austria. La “Wiener Eistraum” fue inaugurada en el año 1996 y se ha convertido en una de las atracciones más populares de la ciudad, con casi 600.000 visitantes en los 45 días que estuvo abierta el pasado año.



Este año se puede disfrutar de la “Wiener Eistraum” hasta el 8 de marzo, y todo aquel que quiera puede patinar allí de 9.00 a 22.00 horas todos los días. La entrada general son 6,5 euros, aunque también hay una pista de aprendizaje gratuita para niños. Además, se les deja gratuitamente cascos y  patines disponibles a los más pequeños. Con estas facilidades es normal que cualquier austríaco casi sepa antes patinar que caminar... Sí, sí, pista y patines gratis para los pequeños. Así pues, allí que fuimos.





El “Sueño de Hielo Vienés”, que sería la traducción al español del nombre de la pista, dispone de más de 7.000 metros cuadrados de hielo para disfrutar patinando. También se puede practicar el curling, ese curioso deporte olímpico en el que tienes que ir barriendo el hielo. Incluso puedes contar con la ayuda de un monitor "curlinguista" que enseña las reglas y lleva la puntuación del juego.

Y en toda actividad que se precie en Viena, ¿qué no puede faltar? ¡Correcto! ¡La bebida y la comida! Así que en el Wiener Eistraum se encuentran varios puestos para probar la comida austriaca (por si no la habías probado ya en cualquiera de los 2.457 festivales anuales). Incluso se curran una auténtica cabaña alpina.






Y por si esto fuera poco, con motivo del 150 aniversario de la Ringstrasse, este año además se ha instalado una torre mirador con vistas a la misma y que se presenta como una auténtica atracción. Los visitantes pueden disfrutar de unas impresionantes vistas sobre el Sueño sobre Hielo y la Ringstrasse desde la torre de acero, que posee una altura total de 81 metros: la llamada City Skyliner. A una altura de 70 metros se encuentra el mirador: una cabina de cristal que gira 360 grados. Y obviamente, como ciudadanos vieneses de pro que somos ya, también subimos.




Fue un día en familia divertido, lleno de nuevas emociones, pingüinos y algo de frío, pero que sin duda repetiremos lo antes posible. ¿Quien nos acompaña la próxima vez? :)









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