11.4.15

Sobre dinosaurios enormes y Venus chiquititas

Uno de los planes que teníamos pendientes para hacer con las peques era visitar el Museo de Historia Natural de Viena y la visita en Semana Santa de "los abus" fue la excusa perfecta para ir.


Nos habían comentado que era un lugar genial para ver con las enanas. ¿Pero qué hay en el museo que lo convierte en algo interesante para ir con niños?
Bueno, para empezar diré que tiene una superficie de 8.700 m2, y eso, creedme, da para mucho. Da para mucho correr, para mucho descubrir, para mucho tocar...

El edificio del museo, inaugurado en 1889, es idéntico al Museo de Historia del Arte situado justo enfrente, y del que ya os hablé en otro post.




 
El museo se divide en dos plantas:

- En la planta superior se exponen minerales y gemas, junto a dinosaurios, fósiles poco comunes y muestras de arte prehistórico. Y es donde se encuentran las joyas del museo: la Venus de Willendorf (que todos hemos estudiado y visto en los libros de historia y sociales de la EGB), un esqueleto real de diplodocus (enoooormeeeeeeee) y un topacio gigante de 117 Kg (quién lo pillara para pendientes y colgantes).


La Venus de Willendorf es una estatuilla antropomorfa femenina de entre 20 000 y 22 000 años a.C. que fue hallada en un yacimiento paleolítico cerca de Willendorf (Austria) y bla bla bla... ¡Es enana! ¡Menuda decepción!





- En la primera planta se muestran una gran variedad de especies de animales, desde protozoos hasta mamíferos. Lo interesante de esta colección es que hay objetos que empezaron a coleccionarse hace más de 200 años y muchas de las especies expuestas ya se han extinguido o están en grave peligro.








Pero el atractivo principal para los más pequeños (y los no tan pequeños) es sin duda la sala de los dinosaurios. Fue restaurada completamente en 2011 y consta de varios esqueletos y otros vestigios de estos gigantes animales prehistóricos. Aunque sin duda, la estrella es un Alosauro muy realista que se mueve y ruge. La verdad es que impresiona ponerse delante y dejar que te mire, se mueva y te trate como si fueras una de sus presas... Se construyó para el Museo de Historia Natural en base a los últimos hallazgos científicos y es sin duda, lo que más merece la pena del museo.



¡Grrrooooaaarrr!


Fue una visita curiosa, aunque he de reconocer que visto una vez, visto ya para siempre. Hay otras opciones por las que me decantaría antes. ¡Qún queda tanto por ver y descubrir! :)



"Los abus"







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