Eurovision Song Contest 2016

Desde que llegamos a Viena, hace ya casi tres años, instauramos una de las tradiciones más esperadas entre los compañeros de trabajo de Íñigo. Todos esperan la invitación para la fiesta "eurovisiva" y que ha hecho que el Eurovision Song Contest pase a formar parte de las agendas de algunos de ellos.

Así que, cada mes de mayo, empezamos con los preparativos de los materiales homemade, nos empapamos con las canciones que van a participar y nos ponemos a cocinar "spanische Spezialitäten".

Carteles y banderitas para ambientar la casa, papeletas para nuestra votación particular, trofeos para los ganadores, una mesa llena de comida y bebida, ¡y hasta un photocall! Todo listo para pasar una noche divertida llena de música, espectáculo y comentarios jocosos.

Así pues nos reunimos un australiano y su mujer alemana, un austríaco con ascendencia sueca, un español y su mujer americana, una austríaca medio inglesa y nosotros dos. Bueno, nosotros cuatro, porque las peques no quisieron perderse semejante jarana. 

En el descanso hubo incluso conexión directa con New York. Desde allí, Eunice y Matteo nos mandaron un saludo y no quisieron perder la oportunidad de estar presentes aunque sólo fuera un momentito y vía Skype.

Sophia, con el corazón dividido entre Austria y UK.

Reponiendo fuerzas (y comiendo croquetas de serrano a dos carrillos...)

Sophia, una servidora y Julia.

Die Herren: Michael, Juanma, Sven e Íñigo (y por las banderas veréis sus procedencias)

Hello from New York! Our twelve points go to...

Por si pilla a alguno despistado, sólo decir que ganó contra todo pronóstico (y contra todo gusto musical y estético) Ucrania. Nuestra Barei, que pareció gustar entre nuestro propio jurado internacional, quedó bastante peor de lo que se merecía. Alemania volvió a quedar en última posición

Y en nuestro Festival paralelo, finalizadas las votaciones oficiales sabiendo el resultado definitivo (y una vez rehechos del shock del país ganador ), también pudimos entregar los premios a los ganadores de la velada. En primera posición, la que más acertó con nuestro juego eurovisivo fue Sophia (¡bravísimoooooo!), que se llevó el trofeo de oro; en segunda posición, moi (de nuevo en el podio, ¡sí señor! y sin votar a Ucrania); y en tercera posición, Íñigo (¡¿cómorl?! ¿Dos años consecutivos los anfitriones en el podio? Suena sospechoso, pero os aseguro que no hay tongo!). 

¡Felicidades a los ganadores! 

Lástima que España no quedara en una mejor posición, porque en casa había dos eurofans que se sabían la letra... ¡y el baile!

 

Eurovisión llegó, pasó y se fue. Así que la cuenta atrás para el festival del año que viene empieza ¡YA!