31.5.16

De picnic por el Lainzer Tiergarten

A principios de mayo, una mañana de sábado, al levantarnos y mirar por la ventana, nos hicimos la misma pregunta. "¿Eso redondo y que brilla es lo que creo que es?", nos dijimos con un simple levantamiento de ceja. ¡Era el sol! Corriendo a preparar unos bocatas, coger la manta de picnic y salir pitando de casa para aprovechar al máximo el día.


Pero, ¿y a dónde vamos? Pues era el día perfecto para ir a conocer el Lainzer Tiergarten.

¿Y qué es exactamente el Lainzer Tiergarten? Se trata de una reserva natural de 2.450 hectáreas de acceso público (usease, gratis) en Viena (se puede llegar fácilmente en transporte público). Se le llama "zoológico" (Tiergarten) en el sentido de que es una vasta área de bosque con animales, pero que respeta la biodiversidad de plantas y animales silvestres que campan a sus anchas en total libertad.


 






Es reserva natural desde 1941 y, además, forma parte de varios programas de conservación de nivel europeo y mundial. Uno de los más importantes es el Natura 2000, certificado que consiguió en 2008. Como decíamos antes, no sólo corretean ciervos, gamos, corzos, muflones europeos o jabalíes, entre otros, sino que el Lainzer Tiergarten también es el hogar de algunos de los árboles más antiguos (hayas y robles) de los bosques de Viena. 










 
Vamos a ver que hay más allá de la barandilla...




¡Oh! ¡Qué bonito!




Por muy poquito no pillamos la Fiesta de la Primavera, que ya había sido, en la que no sólo se come y se bebe (como siempre ;-D), sino que además hay un programa de actividades y entretenimiento para toda la familia. Por ejemplo, es el día en que se levanta el tradicional Maibaum (árbol de mayo), un tronco de árbol exento de ramas y decorado en su parte más alta con una guirnalda.

El origen exacto de esta tradición no está del todo claro, aunque una de las teorías más extendidas es que se trata de una vieja costumbre germánica en la que el árbol simboliza la fertilidad. Así pues, tal vez los alemanes adoraban a sus deidades forestales mediante el levantamiento de este gigantesco árbol. Lo curioso de este acto es que está prohibido hacerlo con maquinaria. Así pues, se necesitan muchas manos y técnicas artesanales para este trabajo que puede llegar a durar hasta dos horas.



El Lainzer Tiergarten nos encantó a todos. Un sol radiante después de meses de casi ni verlo, un picnic en toda regla, columpios y toboganes varios y un montón de aventuras entre los árboles con un nuevo amiguito llamado Max, que también correteaba por allí.




Nunca pensé que le íbamos a sacar tanto partido a la manta de picnic cuando la compramos. Fue una buena inversión, sin duda alguna.


Un intento fallido de siesta...





Un par de aventureros en acción.


En definitiva, un día redondo, soleado y lleno de nuevas experiencias que sólo podía acabar de una manera...


Nos vamos a descansar un rato. ¡Hasta la próxima!

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