5.11.15

Sabores, olores, colores...


Es uno de los lugares más conocidos y visitados de Viena. No es un monumento propiamente dicho, ni tiene que ver con la música ni con Sissi ni con el imperio austro-húngaro…

 
Así pues, ¿de qué va esto hoy?

Hoy os hablaré de un lugar que tenemos muy cerquita de casa y que es una de las principales atracciones turísticas de esta ciudad. Cuando vino mi prima Xènia a visitarnos, allá en el mes de septiembre y cuando aún la tempreatura era agradable, nos lo recorrimos casi entero...



Bienvenidos al Naschmarkt, uno de los mercados más conocidos de Viena donde se pueden encontrar coloridos puestos de flores, todo tipo de frutas y verduras frescas, exóticas especias, mil variedades de pan y degustar especialidades autóctonas y foráneas.

Se extiende, aproximadamente, 1,5 kilómetros y además de pasear por los diferentes puestos (más de 120) y hacer algunas compras de ropa (hay tenderetes varios), también es posible comer en la zona, ya que los puestos comparten espacio con decenas de restaurantes internacionales a precios asequibles que ofrecen, por ejemplo, sushi, kebab, pescado, marisco o comida tradicional austríaca como el Kaiserschmarrn, el Leberkäse o las Palatschinken.






Esto a mí no me interesa, que no me dejan probar nada de lo que veo ahí...






Este mercado callejero lleva celebrándose desde el siglo XVI, cuando se vendían principalmente botellas de leche. Desde 1793, lo normal era que todas las frutas y vegetales que llegaban a la ciudad en carro se vendieran en el Naschmarkt, mientras que las que llegaban en barco por el Danubio se vendían en otros puntos de la ciudad.

Originalmente fue nombrado Kärntnertormarkt, debido al puente que en ese momento se llamaba Kärntnertorbrücke. En 1905 se cambió el nombre por el actual, y en 1910 se construyeron más de 100 puestos con un diseño ya estándar a lo largo de la calle. Durante la década de 1980 se modernizó el mercado, pero la mayoría de los edificios tradicionales se mantuvieron.  





Hoy en día, en el Naschmarkt se puede comprar desde el alba hasta la puesta de sol y cada vez hay más locales de moda que se instalan allí ofreciendo incluso WLAN de forma gratuita (si es que piensan en todo en esta ciudad…).

Uno de los mejores consejos que os puedo dar para cuando vengáis a visitarlo es que no lo hagáis en sábado. No se puede caminar, ni para adelante ni para atrás. Hordas de turistas se entremezclan con las gentes propias de la ciudad que van en busca de una ganga en el mercadillo que justo ese día acampa al lado del Naschmarkt. No os dejéis engañar por las guías, id cualquier día menos un sábado (o un domingo, que está cerrado). 


¡Aquí huele a queso! De hecho, a más de 200 quesos diferentes...








Probando una de las comidas típicas de Viena. ¿A que está rico el Leberkäse? :)


¿Y cuál es la mejor manera de acabar un día como éste? (o como cualquier otro, vaya...) ¡Pues con una master class de galletas! Así que nos pusimos manos a la obra, nunca mejor dicho, y preparamos un montón de preciosas galletas tematizadas: la estancia de Xènia en Viena. 

¿Cuando vuelves y hacemos más? :p








1 comentario:

  1. A ver si consigo que salga un comentario mío! NO sabía que Viena tuviera alguna comida típica que no fueran salchichas.
    ¿Qué suerte tenerlo cerca verdad?
    Gracias de nuevo Babs por tenerte tan cerca, aunque geográficamente estés lejos.

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