La semana pasada visitamos Figar, un lugar en el que el desayuno se sirve hasta las 16.00h. ¿Útil, verdad?
El distrito 7 de Viena está lleno de originales tiendecitas, pequeños pero acogedores locales gastronómicos, talleres e inciativas culturales y creativas, y es ya, desde hace varios años, uno de los principales barrios "hipster" de la ciudad. Y está bastante céntrico (o al menos a mí me va de paso para ir a la Uni).
El Figar es un local más bien tirando a pequeño, bien distribuído y con una decoración muy bien escogida. Ladrillos rojos a un lado, un muro adornado con un art-work de estilo callejero de Nathalie Halgand al otro, muebles retro, luces ingeniosas diseñadas a base del reciclado de botellas, sofás de los años 60...
Resulta que el dueño viene del mundillo de la publicidad (de dónde si no le viene ese gusto hipster, pero con estilo...) y ahora también se dedica a lo que más le gusta: crear y regentar locales de moda. Además de este local, es dueño de la agencia de publicidad fleXible y CEO de la Loewe Galerie al comienzo de Mariahilfer Straße. Si lo llego a saber antes de escribir el post, ¡me presento allí con un CV!
En resumen, la carta de Figar cuenta con doce desayunos diferentes (ya que resulta ser la comida favorita del dueño), además de menús de mediodía y algo para picar por las noches (tipo mini-ensaladas y tablas de quesos y antipasti). Y por las noches, cómo no, una extensa carta de gintonics, la cual tendremos que catar alguna noche, ¿verdad chicas? ;)
Para que veáis un poco lo que os comentaba más arriba de que en Neubaugasse se hacen "experimentos creativos", la pop-up store que visitamos esa misma mañana. El evento en sí se llamaba "POP into Berlin", pero ¿exactamente de qué se trataba?
Pues resulta que es una tienda que se monta y desmonta durante un corto espacio de tiempo (cinco o seis días) y que se va de gira por varias ciudades europeas consideradas pioneras en diseño y movimientos creativos (Viena, Estocolmo, Londres, Amsterdam y París). En dicha tienda se podía encontrar una colorida y variada mezcla de productos: diseño, moda, muebles, comida, estilo de vida, tecnología... representadas por más de 20 marcas berlinesas.
La verdad es que fue una visita curiosa. Mucho merchandising de la ciudad (con el muñequito del semáforo como protagonista absoluto), mucho producto de diseño carisísimo y algún que otro descubrimiento interesante, como poder ver y tocar impresoras en 3D y ver los acabados. La verdad es que nos quedamos bastante impresionadas.
Vamos a ver qué sorpresas nos deparan los próximos sitios que visitemos ;)
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