11.5.15

Diversión, diversión y diversión: hoy, el Prater

El lugar del que os voy a hablar da para varios posts. Es muy grande, se pueden hacer muchas cosas direferentes y es típico de Viena. Así que hay detalles de los que os hablaré más adelante y hay otros de los que ya os he hablado aquí.


Fiajos bien, que andamos por ahí...

Es tan típico que, cuando estuvieron Xavi y Sara aquí, decidimos ir a visitarlo. Así que, ¿queréis conocer un poquito más el Prater de Viena con nosotros?

El Prater es una popular y amplísima zona verde al noreste del centro, en la zona del Danubio, llamado Leopoldstandt, cuya avenida principal cuenta con 4,5 kilómetros de largo. Aquí, los vieneses vienen a correr, patinar, ir en bici, tumbarse, hacer picnic... Un parque enorme que fue utilizado durante siglos como coto imperial de caza hasta que, en 1766, fue abierto al público.

Además, en este recinto, se encuentra el estadio de fútbol Ernst Happel (el estadio nacional de Austria), un museo de historia sobre el parque y un antiguo pabellón conocido como Lusthaus (construido en el 1782), sede de importantes banquetes.

En contraste con esta tranquilidad, en 1895, se inauguró en una de las esquinas un parque de atracciones del que se conservan en perfecto estado muchas de las atracciones, envueltas en un aire antiguo y con encanto. Un espacio emocionante y divertido en el que se encuentran  unas 250 atracciones diferentes entre tiovivos, marionetas, casinos, puestos para tirar con una pelota o un rifle, montañas rusas, trenes fantasma... ¡Y hasta un simulador de vuelo!








 
Como os podréis imaginar, las peques (y los no tan peques...) se lo pasaron genial. La atracción de los coches vintage y los hinchables fueron las atracciones más disfrutadas por las peques (y los papis que no pararon de babear viéndolas reír a carcajadas); los autos de choque y el túnel de terror triunfaron entre los mayores. Aunque con la excusa de que Ariadna no se atrevía a bajar, Noe y Sara se lo pasaron bomba en el súpertobogán hinchable...



 







Los papis babeando y haciendo miles de fotos y vídeos...






Zipi y Zape en acción.



 





Al Prater vas a pasar el día. Así que, tan variada es la oferta de diversión como también las posibilidades culinarias que ofrecen aquí. Comprenden desde un sencillo bocadillo de embutido en un chiringuito hasta opulentos placeres del paladar para sibaritas. Más de cinco docenas de cafés y restaurantes, puestos de helados y chiringuitos, a esta parte del Prater los vieneses la llaman cariñosamente “Wurstelprater“ (el Prater de las salchichas). NOTA: Un amable y fiel lector vienés de pura cepa me comenta que el nombre Wurstelprater viene de un títere popular que se llamaba Hans Wurst, ya que sus obras se solian representar en el Prater. Danke Roman!! :)

Nosotros decidimos llevar a Xavi y a Sara a la Schweizerhaus, muy recomendada por los propios vieneses para degustar el famoso codillo. Y allí que fuimos. No pudimos sentarnos en su enorme jardín porque hacía un poco de frío, pero disfrutamos del festín igualmente. ¿O no?











¡Ale! ¡Os quejaréis de la cantidad de fotos de este post! ;)

1 comentario:

  1. Uy si, cuántas fotos!! Qué ilusión!!Qué ganas de ir Bárbara y disfrutarlas!! Hay lugares realmente preciosos! Hay una cosa que me da unpoco de repelús ¿Hay algún begetariano? O todo es a base de carne y salchichas?

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