Efectivamente: hoy hablaremos de Gante, la tercera ciudad más importante de Bélgica. Y esta vez, ¡¡en las fotos salen nuestros anfitriones!!
Entre Brujas y Bruselas, y a media hora de ambas en tren, se encuentra Gante, la capital de Flandes Oriental. Está situada en la confluencia del río Lys y del Escalda. Etimológicamente, el nombre Gante viene de la palabra celta 'ganda', que hace referencia a la convergencia de algo (en este caso, a la convergencia de los dos ríos entre los que esta ciudad se encuentra).
He leído que actualmente es la ciudad flamenca con mayor número de edificios históricos, aunque me pareció bastante similar a Brujas. En cualquier caso, Gante ha logrado conservar su glorioso pasado medieval ya que era una de las ciudades más grandes de la Europa Occidental en la Edad Media, y era famosa sobre todo por su industria textil. La verdad que pasear por el centro de Gante es por sí solo, un fiel escaparate de lo que debió de ser la riqueza medieval flamenca.
Con lo guapos que sois y lo poco que os gusta posar en la fotos... ¡Aish! |
Y junto a este impresionante castillo, descubrimos una placita con varios restaurantes donde comer. Casi todos tenían terracita al sol (que a pesar de que hacía buen tiempo, la temperatura era algo fresca), pero llenas hasta la bandera. Así que nos conformamos con una mesa a la sombra. La verdad es que el sitio, a pesar de servir buena comida, no vamos a recomendárselo a nadie: tardones, torpes, poco amables...
Quizás ahí nos hubieran tratado mejor, ¿verdad Zenon? ;) |
Venga, un brindis cervecero. Chin... Oh, wait!! ¿Qué es eso que te has pedido, Zenon? ¿Cerveza rosa? |
¡Míralos que guapos y sonrientes! Como se nota que aún estaba la cerveza rosa entera en la mesa... |
Después de comer (que fue todo un reto, la verdad) nos fuimos a dar una vuelta y a tomar un café. Vimos la iglesia de San Nicolás y la catedral de San Bavón de lejos y el café lo saboreamos un poco más, pero no mucho.
La verdad es que no tuvimos mucho más tiempo para ver o visitar cosas porque a las 18.00 teníamos que coger el tren de vuelta a Bruselas sí o sí... ¡La final de la Champions Barça-Juve nos esperaba! Y a pesar de llegar con bastante tiempo de antelación, acabamos viendo el partido en su casa. Eso sí, nunca olvidaremos que la Quinta la vimos juntos en Bruselas. ¡Força Barça!
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