15.6.15

Una de Brujas, pero sin escobas ni verrugas

Hoy hablaremos de Brujas, una ciudad pequeña, pero con encanto. Mucho encanto. Imaginaos si tiene encanto que cada año es la ciudad más visitada de Bélgica, por delante de Bruselas.


Entonces, ¿qué tiene Brujas que la hace tan famosa?

El anonimato en que vivió Brujas durante más de cuatro siglos la ha convertido en una de las ciudades medievales que mantiene intactas las estructuras arquitectónicas medievales y mejor conservadas del mundo. Fue fundada en el siglo XI alrededor de una fortaleza del siglo IX, y desde el año 2000, es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.




Hasta el siglo XV, Brujas fue una de las ciudades más prósperas del continente. Gracias a su red de canales, por la que a veces ha sido comparada con Venecia, era considerada como un importante núcleo comercial del norte de Europa.










 A finales del siglo XV, el río Zwin se encenagó y la ciudad se sumió en una época de decadencia que duró bastante tiempo. Pero a principios del siglo XX, la ciudad, abandonada y sumida en la pobreza, fue objeto de una profunda restauración, convirtiéndose así en un importante destino turístico. De hecho, cada año más de 3 millones de viajeros visitan sus empedradas calles.



 


Parte de su encanto, esas calles empredadas de las que hablaba antes, también hacen que Brujas sea una ciudad muy poco "carrito-friendly". Las ruedas de nuestras silletas (y nuestros bíceps, que las peques son peques, pero pesan lo suyo) trabajaron de lo lindo.



Una merecida cerveza belga después del esfuerzo.

Además de callejear y de visitar algún parque (promesa que les hicimos a Ariadna e Irene y que teníamos que cumplir, y si tenía columpios, mejor que mejor), la parte buena de visitar una ciudad pequeña es que en un solo día puedes ver todos los monumentos más famosos y que no debes perderte.

Y en Brujas son:

    La Plaza Mayor o Grote Markt, es el centro neurálgico de Brujas, como todas las plazas mayores. En ella se sigue celebrando un mercado todos los sábados, aunque no lo vimos porque fuimos en viernes. En esta zona central de la ciudad se sitúan los edificios históricos más importantes. Aquí se encuentra, por ejemplo, el Belfort, que es la torre más característica de Brujas. Desde la parte más alta, a 83 metros de altura y tras subir 365 escalones, se obtienen las mejores vistas de la ciudad. Como comprenderéis, con dos carritos no íbamos a subir a ningún sitio que no tuviera ascensor...






    El Burg, o la segunda plaza más importante de la ciudad. Compite con la anterior en ser la más bella de Brujas y aquí se encuentra el Stadhuis, o Ayuntamiento, el edificio más característico del Burg. Su fachada data de finales del siglo XIV.








    También nos dio tiempo a visitar la Onze Lieve Vrouwekerk, que no es otra que la Iglesia de Nuestra Señora, la iglesia más famosa de Brujas y su torre, de 122 metros, es la más alta de toda Bélgica. ¡Ahí es nada!



    El Begijnhof Ten Wijngaerde, situado en el sur, originalmente fue un convento para beguinas (mujeres que vivían juntas para llevar una vida religiosa sin hacer la profesión). El conjunto está compuesto por una iglesia de estilo gótico (bastante feúchilla) y unas treinta casas blanqueadas con cal construidas alrededor de un jardín. Hoy en día reside una comunidad conventual de benedictinas. Y las casitas que se ven en los árboles, no son hoteles para pájaros (que yo tengo una imaginación...). En realidad es una obra conceptual de un artista japonés dedicado a la espiritualidad y el recogimiento. Molaba más mi idea de hoteles para pájaros...


     


    Casi ya cuando nos íbamos, de camino a la estación de tren, encontramos un parque que tenía columpios, tobogán, cuerdas para escalar... Así que, después de la promesa, tuvimos que parar un rato para que las peques también se divirtieran un poco.





    A todo aquel que visite Bélgica, debería reservarse un día para conocer esta pequeña joya. Realmente merece la pena pasearse por todas esas calles empedradas, aunque lleves dos carritos de bebé.

      No hay comentarios:

      Publicar un comentario

      Y tú, ¿qué opinas?