El
pasado 16 de marzo, el que suscribe y su señora esposa disfrutaron como
enanos en el concierto de un grupo a capella norteamericano. "¿A
capella? ¿Seguro que quieres ir? ¿Y tengo que ir yo también?". Este tipo
de comentarios tuve que soportar cuando propuse el plan. El concierto
le gustó tanto a Bárbara que ahora tengo carta blanca para elegir el
próximo...
Os
pongo en situación: allá por el 2007, cuando yo vivía en Londres y
tocaba en una orquesta, conocí por primera vez la canción "The twelve
days of Christmas". Me pareció muy divertida la manera de organizarla
(cantando por grupos: alumnos, padres, orquesta...) y tirando de Youtube
llegué a un vídeo
de un grupo a capella llamado Straight No Chaser. Empecé a indagar
sobre ese grupo y aprendí que se formó en 1996 en la Universidad de
Indiana. La fiebre chaser me llevó a comprar por internet el DVD
"Straight No Chaser - Live at the Musical Arts Center" y así siguió mi
vida hasta que...
¡¡¡Que
vienen a Viena!!! Esto ocurrió el año pasado, pero por mala suerte, no
pude acudir (anticlímax narrativo). Pero este año decidieron hacer otra
vez una gira por Europa y dejarse caer por Viena. Y no podía dejar pasar
la oportunidad. Así que nos fuimos Bárbara (a regañadientes) y yo a ver
a este grupo al Wien Metropol. Ahora, la historia del local. Sí, ya sé
que esto está desordenado, pero la que escribe bien es Bárbara...
La sala Metropol es un local especial. Tiene su origen cuando un panadero de Wurzburgo, Quirin Maierhofer, compró unos terrenos en Hernals, Viena. Los terrenos comprendían una panaderia, un molino y unos viñedos. Para 1860 ya había convertido los establos anejos en una sala de 20 x 8 metros. Y construyó una zona de bar. En estas dos salas se celebraron bailes, banquetes para comer cochinillo y festivales de lucha. A finales del siglo XIX esta zona de Hernals era el distrito de entretenimento de Viena, así que les iría bien. La sala se mantuvo más o menos igual hasta 1980, cuando este local fue renovado y convertido en lo que es hoy en día.
Lo
que hace especial a esta sala es que hay sillas (que no butacas) en tres de los lados
del escenario, lo que permite un contacto muy próximo con los artistas. Y
volviendo a Straight No Chaser, este contacto es lo que busca este
grupo. Lo primero que dijeron al comenzar el concierto es que podíamos
sacar tantas fotos y grabar tantos vídeos como quisiéramos. Saben que
alguien que vaya a un concierto suyo los va a recomendar a sus amigos y
qué mejor que tener pruebas gráficas y sonoras de su talento.
El
concierto, espectacular. Son 10 tíos (9 en Viena, porque uno había sido
padre y volvió a USA) que cantan de maravilla y que hacen versiones a capella de
clásicos del rock, pop, blues, soul... lo que os podáis imaginar. Os
recomiendo que los busqueis en Youtube. Y además de ser unos cantantes
increíbles, el espectáculo que montan es divertido y emocionante al mismo
tiempo. No quiero caer en ñoñerías, pero la verdad es que merece la
pena. Bárbara es ya una chaser más. Yo ya lo era.
El
sonido fue impecable (cantan con micros inalámbricos) y, si no nos
habían impresionado lo suficiente con el concierto, el bis fue
increíble. Sin micros, como si nos dejaran colarnos en uno de sus
ensayos, nos hicieron partícipes de su talento. Música en estado puro.
Vean y juzguen.
Al final del concierto están siempre dispuestos a firmar autógrafos y hacerse fotos con quien quiera. Por cierto, cuando vieron que tenía ese antiguo DVD para que me lo firmaran, fliparon en colores y me preguntaron de dónde lo había sacado, jeje.
En
resumen, no os los perdáis si actúan cerca de vuestras ciudades. Nosotros ya estamos esperando que vuelvan el año que viene. Y Bárbara,
vete preparando, que mi siguiente elección de concierto será cuando menos
"arriesgada" (risa malvada).
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