En celebraciones como la de estos días, siempre se tiene muy en cuenta a los más pekes de la casa y se organizan un montón de actividades para ellos, y casi sin buscarlas, te las encuentras a la vuelta de la esquina...
Como en Semana Santa tuvimos visita de los abuelos y la tía de Pamplona, fuimos todos a uno de los mercados típicos de Pascua de los mucho que hay por toda la ciudad. De hecho, lo que en diciembre son mercadillos de Navidad, en esta época del año los "tunean" y los convierten en mercados de Pascua.
Pero además, al llegar allí nos enteramos que habían montado una búsqueda de huevos de Pascua. ¿Y eso qué es? Pues habían reservado una zona bastante amplia de jardín, la habían decorado para la ocasión, y entre el atrezzo, habían escondido cestitas llenas de huevos de chocolate (y demás chuches y regalitos). ¡Y gratis! Que yo, como soy catalana, esas cosas las valoro mucho ;p
Eso sí, con una organización bien planificada para que ningún niño se quedara sin encontrar su cestita; así como con una educación por parte de todos los participantes que hace que las cosas aquí funcionen bien. Y es que cada niño cogía UNA sola cestita y cuando ya había encontrado una, dejaba de buscar el resto y se iba con su premio. Me imagino esta actividad en España: un niño con 4 cestitas, sus padres orgullosos por ser el más rápido de todos los niños y varios pekes llorando a moco tendido porque no han encontrado nada a pesar de su esfuerzo y empeño... Aquí todo niño tenía su cestita, ¡y bien contentos que se ponían al encontrarla!
Preparadas en el punto de salida... |
Catando el premio |
Siempre es una gozada visitar todo lo que se monta en esta ciudad y participar en las actividades que te proponen. ¡El problema es elegir entre tanta variedad! Porque esta no fue la única búsqueda de huevos de Pascua en la que participaron las pekes, no os vayáis a pensar. Cuando visitamos el Museo del Transporte de la Wiener Linien o la exposición de Star Wars Identities en el MAK también tuvieron búsqueda y, por tanto, premio chocolatero. ¡Hasta en casa también tuvieron una! Así pues, ahora tenemos en la cocina un arsenal de chocolate que ya quisiera Willy Wonka ;)
Yo pasé un día por delante de este mercadillo y pensé en llevar también a los míos. ... casi mejor no haberles llevado que entre el chocolate de la guardería, el de cada, el de los suegros, la tía y mis clientes que también me dan chocolate.... pues como que no lo echamos de menos 😉
ResponderEliminarjejejeje Ya te digo!! Aquí porque somos chocoadictos y, por suerte, ningún diabético que si no... :D
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